El Plan de Respuesta Humanitaria 2025 (PRH) del organismo multinacional para la RDC anunciado el jueves, busca proporcionar asistencia a los 7,8 millones de desplazados internos, una de las cifras de desplazamiento más altas del mundo.
Sin embargo, asciende a 21,2 millones de personas, la cantidad total de congoleños damnificados por los conflictos armados, los desastres naturales y las epidemias, según trabajadores de la ONU.
El PRH incluye el tratamiento de 1,5 millones de niños que sufren desnutrición aguda, proporcionar acceso a agua potable a cinco millones de personas y combatir brotes de enfermedades como el cólera, el sarampión y el Mpox.
En medio de un contexto marcado por la violencia extrema, la protección de los civiles y de los más vulnerables, especialmente las mujeres y los niños, sigue siendo una prioridad absoluta para la ONU.
El país africano enfrenta una crisis multidimensional sin precedentes, caracterizada por una espiral de violencia que se extiende desde las provincias de Ituri a Tanganyika, la presencia de los rebeldes del M23, que ahora controlan áreas clave de Kivu del Norte y Kivu del Sur, y dificultades de financiación que amenazan la respuesta humanitaria.
“Nos encontramos en una encrucijada. Si no aumentamos la movilización internacional, las necesidades humanitarias se dispararán, la estabilidad regional se verá aún más comprometida y nuestra capacidad de respuesta se verá gravemente comprometida”, afirmó Bruno Lemarquis, coordinador humanitario de las Naciones Unidas en la RDC.
El año pasado, las agencias y socios de la ONU recibieron una cifra récord de financiamiento: mil 300 millones de dólares, lo que les permitió asistir a 7,1 millones de personas en la nación africana.
Estados Unidos cubrió el 70 por ciento de la financiación en 2023, pero, en enero de 2025, Washington anunció que congelaría todos los pagos de ayuda exterior durante al menos 90 días.
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