El titular de Aspec, Crisólogo Cáceres, llegó a esa conclusión tras recorrer las instalaciones invitado por la empresa operadora del aeródromo nuevo y del actual, Lima Airport Partners (LAP) que, tras dos postergaciones desde diciembre pasado, se ha fijado la meta de inaugurarlo el 30 de marzo.

“Los plazos que se han puesto no son los más adecuados; están trabajando contra el tiempo y la inauguración se debería aplazar hasta mediados de año”, expresó y añadió la falta de pruebas de la infraestructura del aeródromo, lo cual preocupa a las aerolíneas.

Entre los problemas observados, el especialista mencionó la ruta de acceso al aeropuerto, de alto tránsito, que se está pavimentando o mejorando en forma acelerada y que empalmará con dos puentes sobre el río Rímac, modulares y provisionales, pues los puentes definitivos serán licitados próximamente.

Otras opiniones agregan la inseguridad del tramo vial cercano a la terminal, pues es una zona de frecuentes robos y asaltos, ante lo cual la Policía afirma que redoblará sus operaciones de control.

Cáceres apuntó que, además, los viajeros solo podrán llegar en vehículos automotores hasta un punto distante más de 200 metros, lo que conlleva dificultades para adultos mayores y discapacitados.

Añadió que tampoco hay claridad en cuanto al servicios de autobuses que trasladarán a los viajeros, pues los 26 anunciados son insuficientes para el número previsto de pasajeros, que solo podrán abordarlos sin más equipaje que valija de mano y bolso.

El Gobierno, que ha acompañado las postergaciones de LAP, puso ayer en duda que el 30 de marzo pueda cumplirse, al advertir que solo se autorizará el funcionamiento del aeropuerto si los sistemas de seguridad están totalmente garantizados.

“Hasta que no estén absolutamente certificados todos los sistemas de seguridad que incluyen los sistemas contra incendios, y mientras exista un mínimo de margen de riesgo, nosotros no vamos a inaugurar el aeropuerto”, advirtió.

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