Desde hace una semana, bomberos de todo el país recibieron el llamado de unirse a las labores de extinción del siniestro, que ha devorado más de dos mil 600 hectáreas.
Alrededor de dos mil bomberos de 453 departamentos de este archipiélago apoyan a las fuerzas castrenses en tierra y aire.
El siniestro comenzó en un área forestal y, según vecinos de la zona, el fuerte viento contribuyó a su rápida propagación por algunos distritos cercanos a la ciudad de Sanriku.
Las autoridades municipales estimaban hasta el domingo que al menos 84 casas y otros edificios de Ofunato, en la prefectura de Iwate, han sufrido daños, algunos incluso quedaron reducidos a cenizas; pero reconocieron que la verdadera magnitud del desastre aún se desconoce por priorizar la protección de vidas humanas.
Una docena de centros de evacuación acogen a cientos de familias y los gobiernos locales pospusieron los exámenes generales de acceso a las escuelas secundarias de la prefectura de Iwate, programados dentro de la actual semana.
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