La declaración final de la cuadragésima tercera Cumbre Extraordinaria de Jefes de Estado y de Gobierno de la IGAD celebrada de manera virtual para abordar la evolución de la situación en Juba subrayó que el diálogo y el debate siguen siendo el único medio para resolver las diferencias.
Expresó su profunda preocupación por el deterioro de las condiciones de seguridad en esa nación, caracterizada por el resurgimiento de la violencia, violaciones de los compromisos de cesación del fuego y un marcado aumento de los incidentes violentos.
De igual manera, resultan alarmantes las crecientes tensiones en Juba y en otros lugares tras el incidente de Nasir y la detención de altos funcionarios militares y del partido Movimiento de Liberación del Pueblo de Sudán del Sur.
El texto condenó la muerte del comandante de las Fuerzas Populares de Defensa de Sudán del Sur en Nasir, general Majur Duk, y otros, incluido un equipo de la ONU durante la evacuación.
Instó a las Partes a desescalar inmediatamente las tensiones, adherirse a la cesación del fuego permanente, así como a priorizar y acelerar la aplicación de las disposiciones de seguridad de transición proporcionando los recursos necesarios oportunamente.
Demandó la liberación inmediata de los funcionarios detenidos, “a menos que las pruebas fidedignas justifiquen los procedimientos judiciales llevados a cabo de manera transparente y de conformidad con las debidas garantías procesales”.
Acordó la Asamblea que los Mecanismo de Vigilancia y Verificación de las Disposiciones de Cesación del Fuego y de Seguridad de Transición lleve a cabo una investigación sobre los enfrentamientos de Nasir y el ataque contra el helicóptero de la ONU para determinar los hechos y garantizar la responsabilidad por cualquier violación.
Decidió encargar inmediatamente al Subcomité Ministerial de la IGAD en Sudán del Sur que viajara a Juba para realizar una evaluación de las modalidades de iniciar un diálogo inclusivo sobre la base del estado del R-Arcss y los resultados de la Iniciativa de Paz de Tumaini, lanzada el 9 de mayo de 2024 en Kenya como mediación del conflicto.
Por último, acogió con beneplácito los diálogos de paz de base y alentó a los dirigentes religiosos y tradicionales, y a la sociedad civil a apoyar las acciones de reconciliación, abogar por la inclusión y el empoderamiento de las mujeres, los jóvenes y otros grupos insuficientemente representados.
Participaron altos representantes de Djibouti, Etiopía, Somalia, Kenya, Uganda, Unión Africana, mecanismos observadores y enviados especiales del ente regional, de la organización continental africana y de la ONU a Sudán del Sur.
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