Según organizaciones de derechos humanos en Sudán, los aviones militares lanzaron ataques contra dos mercados y una mina, lo que constituye un crimen de guerra, con el objetivo de desalojar a la población indefensa.
También se denunció que la región sufre una grave escasez de alimentos y suministros médicos, lo que ha provocado la muerte de ancianos y niños.
Desde mediados de abril de 2023, esta nación africana se encuentra sumida en una guerra interna, tras avivarse las contradicciones por cuestiones de poder entre el jefe del Ejército Abdel Fatah al-Burhan y el líder de las Fuerzas paramilitares de Apoyo Rápido, Mohamed Hamdan Daglo.
El conflicto mantiene a más de 14 millones de sudaneses fuera de sus hogares, en lo que los expertos consideran la principal crisis de desplazamiento del planeta.
Los combates, además, destruyeron innumerables medios de subsistencia, para sumir al país en una compleja espiral de hambre y muertes.
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