La Comisión de Asuntos de Prisioneros y el Club de Prisioneros divulgaron en un comunicado conjunto testimonios de numerosos ciudadanos tras sus excarcelaciones.
En la cárcel de Neguev, los detenidos están encerrados en celdas sin sanitarios, lo cual les obliga a usar un orinal, señalaron.
Todavía sufro de sarna y forúnculos en el cuerpo, durante mi encierro me golpeaban brutalmente durante mis frecuentes traslados, narró J.W., quien utilizó solo sus iniciales por temor a represalias.
“Los detenidos sufren de inanición y solo reciben una pequeña cantidad de comida (…) También son sometidos a procedimientos que incluyen registros repetidos y constantes insultos”, subrayó.
En su testimonio, el detenido S.A. confirmó que las condiciones allí son difíciles debido a la propagación de enfermedades de la piel.
“Existe un estado de miedo y terror entre los detenidos. Las condiciones son infernales, los insultos son constantes, y la política de humillación, hambre y privaciones dominan la vida”, apuntó.
Detalló que tras su arresto fue golpeado brutalmente durante los interrogatorios, una situación que le provocó una herida profunda en la cabeza y varias costillas rotas.
Explicó que una de las técnicas utilizadas en su contra fue la llamada “discoteca”, que consiste en emplear música a todo volumen contra el detenido.
Somos golpeados casi a diario, nos obligan a tumbarnos boca abajo en el piso durante horas, coincidió K.Y.
Estamos sometidos a la ira de los soldados, a la tortura y la humillación, a veces nos permiten caminar, pero la mayor parte del tiempo permanecemos sentados y esposados a las camas de hierro, indicó.
Por su parte, M.Y. relató que fue arrestado en la Franja de Gaza junto a 40 personas más.
Nos desnudaron por completo y nos vistieron con ropa blanca, durante este período, nos sometieron repetidamente a fuertes palizas sin perdonar a nadie, lo cual provocó muchos heridos, afirmó.
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