El tema es motivo de comentarios de pasillos y análisis de expertos que sugieren que el incumplimiento de lo pactado con el ente puede llevar a la suspensión del acuerdo negociado durante cuatro años y mediante el cual, el país recibirá cerca de mil 400 millones de dólares de fondos frescos.

A ese grupo se sumó la víspera Mario Montesino, economista de la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas (UCA), quien opinó que incumplir llevaría a la suspensión de la asistencia financiera.

Asimismo alertó que el impacto de una posible interrupción además pudiera impactar en la concesión de otros fondos por parte de otras multilaterales, como el Banco Mundial.

Las condicionantes impuestas para el financiamiento ya se encuentran en marcha, entre ellas la eliminación de la obligatoriedad de recepción de pagos en bitcoin o la aprobación de una normativa anticorrupción.

Algunos expertos entienden que puede ser dañino que el gobierno continúe comprando bitcoin, pese a que el FMI limita la adquisición de criptomonedas por parte del Estado y su intervención en actividades económicas vinculadas al activo digital.

En lo acordado el Fondo desembolsará de forma periódica el préstamo con un primer tramo aprobado por el Directorio Ejecutivo de manera inmediata por 113 millones de dólares, mientras ejecuta un monitoreo paulatino en el cumplimiento con los compromisos adquiridos.

No es tan sencillo decirle a la multilateral que sí y después no lo voy a hacer, porque se interrumpe el proceso de desembolsos y además pierde los préstamos adicionales que vienen del Grupo del Banco Mundial y bancos regionales, que también son préstamos blandos, sostuvo Montesino.

Lo acordado representa no solo quitar fuerza al bitcoin en la economía, sino que también incluye una reducción del déficit, fortalecimiento de reservas internacionales y bancarias, reformas al sistema de pensiones e instituciones públicas, así como medidas anticorrupción y transparencia fiscal.

Según el economista, podría haber irregularidad en el uso de los fondos que procedan de la banca multilateral, que, de acuerdo con el programa, llegarían a tres mil 500 millones.

Estas preocupaciones se suman además a las de sectores populares por las consabidas reducciones del gasto público y los programas sociales, una constante planteada por el FMI para “componer” las finanzas.

Estas preocupaciones están presentes en momentos en que el activo digital se encuentra en una etapa en la cual no termina de estabilizar su precio, y en vez de subir por los anuncios de Estados Unidos, se desplomó en esto días por debajo de los 80 mil dólares luego de alcanzar un tope cerca a los 109 mil dólares.

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