Durante la pesquisa los expertos analizaron los registros de más de 222 mil embarazos en Nueva Gales del Sur, Australia, entre 2003 y 2005, de acuerdo con un artículo publicado en la revista Psychiatry Research.
El equipo rastreó a los hijos de madres que consumían cannabis para ver si se les diagnosticaban problemas de comportamiento a una tasa mayor que los niños de las que no consumían este producto.
El análisis mostró que las mujeres que consumieron marihuana durante el embarazo tenían tres veces y media más probabilidades de reportar problemas de comportamiento a medida que su hijo crecía.
Esos niños eran más propensos a ser hostiles hacia las figuras de autoridad, a actuar de forma desobediente y a comportarse de forma agresiva con los demás.
El uso de cannabis tras el nacimiento del bebé también influyó en el desarrollo, aumentando el riesgo de trastornos conductuales de un niño casi tres veces, señalaron los expertos.
La investigadora principal, Rosa Alati, jefa de salud poblacional de la Universidad de Curtin, aseguró que “los ingredientes cannabinoides pueden atravesar la placenta y entrar en la leche materna, lo que podría afectar al desarrollo del cerebro».
Esta investigación proporciona evidencia crítica para ayudar a dar forma a las políticas de salud destinadas a minimizar el daño, apuntó.
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