En declaraciones a la cadena Europa 1, la alta funcionaria consideró poco realista regresar a los 62 años, después de que en 2023 entrara en vigor una reforma promovida por el presidente Emmanuel Macron que extendió a 64 años la edad de retira.
La víspera, el primer ministro François Bayrou descartó volver a los 62 años, pese a activar el mes pasado un foro con los actores laborales, sindicatos y patronales, con la promesa de no excluir ninguna propuesta que salga del mismo.
De Montchalin reiteró la visión gubernamental de que urge lograr un equilibrio financiero en el sistema de jubilación francés, meta con la que la marcha atrás en la reforma no sería -a su juicio- compatible.
Desde sindicatos como la Confederación General del Trabajo calificaron la postura oficial de una traición, aunque el foro convocado por Bayrou nunca generó un interés unánime.
Partidos de izquierda, entre ellos La Francia Insumisa y los socialistas, también fustigaron el anuncio de no poner sobre la mesa la cuestión de revertir la edad de retiro en las discusiones.
En ese sentido retomaron la amenaza de buscar la censura del primer ministro, suerte corrida a finales del año pasado por su predecesor en el cargo, Michel Barnier.
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