El Ministerio de Asuntos Exteriores y Expatriados subrayó en un comunicado que el Ejército de ese país “está profundizando las manifestaciones de genocidio y desplazamiento a la vista de la comunidad internacional”.
Asimismo, advirtió que utilizar el hambre y la sed contra más de dos millones de habitantes es un crimen.
Desde el 2 de marzo Israel impide la entrada al enclave costero de ayuda humanitaria, incluidos alimentos, agua y medicinas, tras cerrar por tiempo indefinido los cruces fronterizos.
La Cancillería alertó que esa política privó a la población de aquel territorio “de sus derechos humanos y civiles más básicos”.
Tales acciones constituyen un desprecio por los esfuerzos internacionales para establecer un cronograma que ponga fin a la guerra.
El Ministerio consideró que cualquier ecuación política que no priorice la protección de los civiles palestinos representa una flagrante violación del derecho internacional humanitario.
Reclamamos una intervención del mundo ante la nueva escalada de violencia israelí, apuntó el texto.
Al respecto, instó a la comunidad internacional a no dejarse arrastrar por “las demandas y las maniobras israelíes a expensas de las vidas de nuestro pueblo y de su presencia continua en su patria”.
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