En su cuenta de Telegram el alto diplomático expresó que la suspensión de las proyecciones del cine venezolano, solicitada por la derecha en España, “no es un motivo para que las expresiones culturales y sociales se difundan con fuerza en el seno de todos los pueblos. ¡Venceremos!”, apostilló.

El PCE condenó este lunes de manera enérgica la cancelación del Ciclo de Cine Venezolano en la Casa de las Américas, “decisión adoptada bajo presiones del Ayuntamiento de Madrid y de la Comunidad de Madrid, encabezadas por Almeida y Ayuso”.

La organización política escribió en su portal web la medida afecta a un ciclo cultural previsto para iniciar hoy y para el que se habían desplazado a la capital los directores de las películas a exhibir el 17, 18 y 24 de marzo.

Subrayó que “representa un claro ejemplo de violación de la libertad de expresión por motivos ideológicos”.

Consideró asimismo inaceptable pretender silenciar la verdad sobre Venezuela mediante actos de censura ultraderechista. El PCE defendió el derecho a la libertad de expresión y la pluralidad cultural, “pilares fundamentales de una sociedad democrática y justa”.

“No podemos permitir que intereses ideológicos y económicos se interpongan en el camino del acceso a la cultura y a la información veraz, en detrimento del pueblo venezolano y de la memoria de su realidad”, afirmó.

Finalmente reafirmó su solidaridad con el pueblo venezolano y con toda la comunidad artística y cultural que lucha por expresar su verdad.

La víspera el ministro para la Cultura de Venezuela, Ernesto Villegas, reveló que las películas censuradas son Alí Primera, de Daniel Yegres; La batalla de los puentes, de Carlos Azpúrua; y Operación Orión, de Rubén Hernández Remón.

Villegas denunció que la suspensión de las proyecciones obedeció a “presiones de Isabel Díaz Ayuso, jefa del gobierno madrileño, fanática de Francisco Franco y José María Aznar, en connivencia con factores de la derecha fascista venezolana enquistada en la capital española”.

El titular manifestó que el tiro les salió por la culata porque apenas enterados de la insólita decisión, numerosos sindicatos, casas de estudios y otras instancias de la sociedad civil española se comunicaron con la embajada venezolana para organizar proyecciones alternativas a la originalmente programada.

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