La Organización Mundial de la Salud (OMS) confirmó el cierre, por falta de fondos, de 167 centros de salud en 25 provincias hasta el 4 de marzo y estima que, por igual causa, otros 220 centros podrían correr igual suerte para junio, lo que afectaría a las poblaciones más vulnerables: mujeres, niños, ancianos, desplazados y repatriados.
Con el primer trimestre de 2025 por terminar, el Plan de Necesidades y Respuesta Humanitaria para Afganistán, coordinado por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y con un presupuesto para este año de dos mil 400 millones de dólares, cuenta hasta ahora con el 13 por ciento de esa cantidad.
Desde antes de la actual crisis de financiación, Afganistán enfrentaba emergencias sanitarias, incluidos brotes de sarampión, malaria, dengue, polio y fiebre amarilla hemorrágica de Crimea-Congo.
Según datos de OMS, en enero y febrero de 2025 se reportaron más de 16 mil casos sospechosos de sarampión, incluidas 111 muertes.
Los niños corren mayor riesgo de enfermar y morir debido a esta enfermedad, pues la vacunación solo cubre el 51 por ciento de la población infantil para la primera dosis y el 37 por ciento para la segunda.
En la actual coyuntura, el Consejo de Seguridad de la ONU decidió, el lunes, extender el mandato de la Misión de Asistencia de las Naciones Unidas en Afganistán por otro año, luego de que las agencias informaran fuertes caídas en los recursos financieros para sostener la ayuda vital.
De acuerdo con el reporte de UN News, el órgano expresó “seria preocupación” por la continua presencia de grupos terroristas en Afganistán y se pronunció por combatir la producción, el comercio y el tráfico de drogas ilícitas y de productos químicos utilizados para fabricar estupefacientes.
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