La iniciativa del funcionario consiste en que expolicías y exmilitares, actualmente incorporados a la vida civil, intervengan en la resolución de problemas cotidianos en la urbe con el fin de ayudar a reducir las tasas de delincuencia en Bogotá, que en 2024 registró un aumento del 11 por ciento en el índice de homicidios, la cifra más alta en ocho años.
Frente a la alternativa, el Ministerio del Interior pidió al alcalde esclarecer algunas cuestiones relacionadas con el alcance de la mentada fuerza. Entre las interrogantes de la cartera se hallan cuáles son las funciones u obligaciones que cumplirán los integrantes, si desempeñarán funciones inherentes a la de los cuerpos policiales y a qué dependencia corresponderá velar por el funcionamiento del grupo.
La vinculación de civiles a tareas que tradicionalmente desempeñan las fuerzas del orden genera resquemores en la sociedad colombiana debido a las experiencias derivadas de la creación de las estructuras paramilitares.
El presidente del país, Gustavo Petro, también se refirió al tema en uno de sus mensajes en su cuenta de la red social X.
Planteó que se recurre “a una policía no preparada para el conflicto social y que dejó muchos jóvenes muertos en la ciudad”.
Aseguró por otra parte que el padre del alcalde, Luis Carlos Galán, fundador del Movimiento Nuevo Liberalismo y asesinado en 1989, estaba en desacuerdo con la creación de ese tipo de estructuras que proliferaron a finales del pasado siglo en Colombia.
“Sabía que no eran sino organizaciones paramilitares del narcotráfico que reproducían y amplificaban el crimen a nombre del estado”, sentenció.
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