Ahmed, al responder preguntas de los parlamentarios durante la sesión ordinaria de la Cámara de Representantes del Pueblo (Parlamento), reconoció que la implementación de ese acuerdo, firmado entre el Frente de Liberación Popular de Tigary (TPLF) y el gobierno federal para poner fin al conflicto de dos años presentó fortalezas y algunas deficiencias.
Precisó que existen problemas no abordados adecuadamente como el proceso de Desarme, Desmovilización y Reintegración. “Esto afecta principalmente a la población de Tigray”, dijo al referirse a la reorientación de los jóvenes para que abandonen la militarización y se involucren en el desarrollo.
De acuerdo con el jefe de gobierno etíope, se lograron avances significativos en las zonas de Raya y Tselemet en el retorno de las personas desplazadas a sus aldeas, pero en otras localidades los resultados son menos satisfactorios. «Esto se debe en gran medida a la combinación de esfuerzos humanitarios y políticos».
Sin embargo, resaltó que la Administración Provisional de la Región de Tigray realizó una excelente labor para prevenir nuevos conflictos en los últimos dos años. «Dado que el mandato de dos años de la administración provisional ha expirado, es necesaria una reforma legal», agregó.
Explicó que, una vez reformada la ley, será necesario revisar el desempeño anterior y, tras realizar ajustes de conformidad con el Acuerdo de Paz de Pretoria, la administración provisional podrá cumplir con sus responsabilidades y preparar a la población para las próximas elecciones.
Reveló que llevan a cabo conversaciones con los líderes de esa estructura gubernamental y otras partes interesadas sobre este asunto. Durante este proceso, se evaluarán las tareas y podrían producirse cambios en las personas, aseguró.
Por otra parte, sobre cuestiones de paz y seguridad interna, el primer ministro etíope reiteró la postura inquebrantable de su gobierno de entablar diálogos pacíficos para resolver las diferencias con los grupos armados.
En la búsqueda del acceso al mar, declaró que Etiopía no tiene intención de entrar en conflicto con Eritrea por el acceso al puerto del Mar Rojo.
“Nuestro deseo es, en cambio, dialogar y debatir sobre este asunto. No obstante, el acceso al Mar Rojo es un asunto vital para Etiopía. Lo que queremos es abordar pacíficamente nuestros desafíos actuales”, apuntó.
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