La computarización de los diseños de los tejidos por empresas afecta de manera significativa nuestra economía, declaró a la prensa la representante Silvia Cristalina Pablo, mientras sus colegas laboraban en la acera del Legislativo.
Nos percatamos que ahora hay sublimados, que se llevaron creaciones de nuestros antepasados, parte de un pensamiento, sentimiento que tenemos en nuestros corazones, expresó.
Ante esta industrialización de los tejidos, las mujeres llamaron tanto a las autoridades de la nación como a la población a reconocer su trabajo, así como la importancia que tiene para la economía personal.
Instaron además a concientizar el significado de la actividad desde el punto de vista cultural y para el turismo del país.
Recordaron que está en manos del Parlamento la iniciativa 6136, conocida como “Ley para la protección de la propiedad intelectual colectiva sobre los textiles e indumentaria de los pueblos y comunidades indígenas de Guatemala”.
Las mujeres tejedoras de este territorio centroamericano son protagonistas desde tiempo atrás de un movimiento por la reivindicación de su cultura maya, patrimonio y arte.
Analistas políticos locales señalaron que la agenda del Congreso muestra un avance lento, sin llegar a impactar en las necesidades reales de la población, no obstante al aumento de salario de los diputados.
En el tercer jueves de interpelación al ministro de Salud y Asistencia Social, Joaquín Barnoya, el presidente del Legislativo, Nery Ramos, se vio obligado a la cancelación por falta de quórum cuando la autoridad respondió cuatro preguntas adicionales.
Durante la primera fecha del también llamado juicio político, el titular únicamente logró superar dos antes de que concluyera la sesión por idéntico motivo.
Otros seis ministros del Gobierno de Bernardo Arévalo esperan su turno para el mismo proceso parlamentario, entre ellos el de Agricultura y Ganadería, Maynor Estrada, y la de Educación, Anabella Giracca.
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