Esta situación incide en la crisis que enfrenta la producción de alimentos de primera necesidad como el maíz, frijoles y otros renglones que conforman la canasta básica alimenticia (CBA).

Los datos del banco muestran que los productores importaron un 11.5 por ciento menos en cantidad de abonos en 2024.

En el último año apenas se adquirieron 210 mil 200 toneladas de fertilizantes con un valor de 76.79 millones de dólares en insumos de origen animal, vegetal y químicos, como urea, sulfato de amonio, nitrato, sulfato, minerales, entre otros, cifra inferior a los 99.9 comprado en 2023.

Organizaciones atribuyen la crisis agrícola al alto costo de los insumos. Por ejemplo, la Asociación Cámara Salvadoreña de Pequeños y Medianos Productores Agropecuarios (Campo) opina que los agricultores no pueden pagar por todas las materias primas que necesitan.

Esto acentuó la crisis cuando algunos agricultores dejaron de cultivar o redujeron la tierra cosechada, manifestó un directivo de Campo.

Los principales suministradores de fertilizantes del país son China y Rusia, y en este último que vendía el 16.4 por ciento del total, la compra se redujo en un 48.9 por ciento en relación con 2023.

Otros mercados suministradores fueron Guatemala, Marruecos y Canadá, y en menor medida Estados Unidos y Noruega.

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