«La intención de estos paros no es resolver ningún problema, sino generar caos y dañar la economía de la población. Los más afectados siempre son los gremiales, los transportistas, los productores y las familias que viven del trabajo diario», afirmó la autoridad.

Silva sostuvo en entrevista concedida al canal estatal Bolivia Tv que el Gobierno está consciente de los problemas económicos que atraviesa el país; sin embargo, hace todos los esfuerzos y extrema recursos para solucionarlos a la brevedad posible.

«Mientras algunos convocan a paralizar el país -advirtió el vicetitular-, nuestro Gobierno está garantizando la distribución de combustibles, realizando control de precios en los mercados y denunciando a los especuladores (…)”.

Enfatizó Silva en que las familias no merecen ser rehenes de intereses políticos que sólo buscan satisfacer apetitos personales y atentar contra la democracia”.

La víspera, al menos cinco marchas paralizaron la urbe sede del Gobierno en rechazo a la situación económica que atraviesa el país.

Transportistas interdepartamentales, prestatarios, trabajadores campesinos y juntas vecinales coincidieron en protestas en el centro paceño, en protesta contra la falta de dólares, la escasez de combustibles y el incremento de los precios.

Sin embargo, autoridades gubernamentales coincidieron en el criterio de que esas medidas obedecen a intereses políticos que buscan desestabilizar la gestión del presidente Luis Arce.

“Es parte de la estrategia que han venido buscando de desestabilizar al Gobierno, de todo ese tema. Lamentamos mucho; lo importante es garantizar la estabilidad del país”, expresó el ministro de Medio Ambiente y Agua, Álvaro Ruiz.

Indicó el titular que se entiende “el malestar que puede tener la población”, pero subrayó que al parecer, antes de querer salvar a Bolivia, como se escucha en algunos discursos, las movilizaciones “dan la impresión de primero querer destruirla”.

Según Ruiz, el presidente Arce tuvo que enfrentar la gestión más electoralizada de la historia boliviana, lo cual ahora se agudiza ante la proximidad de los comicios generales de agosto próximo.

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