viernes 21 de marzo de 2025
Search
Close this search box.

Tacto, que llegó ¿el reparto? (+Fotos+Video)

La Habana, 20 mar (Prensa Latina) En los diccionarios reparto es sinónimo de barrio o alude a la acción de repartir; en Cuba, decir reparto hoy es referenciar la música que se posiciona como la más popular entre los jóvenes, marcada por la polémica.

Por Verónica Nuñez Lastres

El reparto no es un género, sino una tendencia, me aclaró durante una entrevista el músico y productor Andy Despaigne, exdirector musical del dúo repartero Charly & Johayron.

Las canciones reparteras, con su ritmo vibrante y sus letras cuestionables, están presentes en todo el país; aunque algunos renieguen de ello, casi cualquier cubano las ha escuchado, tarareado o bailado al menos una vez en su vida.

Precisamente, el título de este comentario es un guiño al éxito musical del cantante urbano Bebeshito Tacto que llegó el reparto, que alcanza en Youtube 12 millones de visualizaciones a solo un mes de su publicación en la plataforma.

En cuanto a la inevitable controversia, es la misma que existe a nivel internacional con el reguetón y el trap: su lírica explícita, simple, sus discursos machistas, vulgares y violentos, hacen que no pocos cuestionen su calidad artística y le recriminen el impacto negativo de sus letras.

A partir de las explicaciones ofrecidas por el crítico musical Emir García en un encuentro organizado por la Revista Temas, se puede deducir que el reparto tiene su origen en el reguetón cubano, lo que a su vez lo convierte en un descendiente directo del reguetón puertorriqueño, representado en sus inicios por figuras como Vico C, Tego Calderón e Ivy Queen.

En el entorno suburbano de la isla caribeña adaptaron el reguetón cubano y lo fusionaron con otros ritmos como la timba; así floreció el reparto en las fiestas populares de los barrios, en conciertos informales y de precios accesibles a la mayoría del público juvenil.

Elvis Manuel, Harryson, El Kimiko y Yordi, El Chulo, Wampi, Bebeshito y Chocolate MC, son referentes de esta preferencia; cada uno de ellos musicalizó diferentes realidades del “cubano de a pie”, como se dice entre coterráneos al individuo cotidiano.

Con sus códigos identitarios, en las canciones reparteras es habitual escuchar sobre violencia, resistencia, marginalidad, lucha de poder, éxito financiero, sexual y profesional; temas muy parecidos a los del reguetón y el trap, pero con un sello cubano innegable.

Sin embargo, al consultar con Despaigne sobre la internacionalización de esta música, reconoció que este sello es un desafío; por su conexión y referencias al barrio cubano, impide que conecte con otros públicos.

Lo indiscutible es que con su ritmo contagioso, el reparto se ha ido posicionando como la música más bailada por la juventud del país y poco a poco se integra en todos los grupos generacionales.

Considero que las canciones no son las más complejas y afectuosamente la denomino “música para limpiar la casa” porque no requieren análisis profundos de su contenido, aunque en ocasiones, incluso, estoy en desacuerdo con algunas de sus letras, que apuntan a la cosificación de la mujer, ofensivas de la dignidad femenina.

Sin embargo, también es cierto que su ritmo pegajoso revitaliza las fiestas, los viajes grupales agotadores o los momentos de tareas domésticas.

Así que es muy probable que el reparto siga su rumbo en los reproductores de música cubanos con el mismo optimismo que presume el reguetonero Jacob Forever: inmortal y hasta que se seque el Malecón.

mem/mml/vnl

MINUTO A MINUTO
relacionadas
 
Copy link