Tal situación fue agravándose desde 2024, y en estos momentos más de 900 colegios están cerrados debido a los ataques o porque están siendo utilizadas como refugios para los desplazados.

El diario Le Nouvelliste alertó que desde los 10 años, algunos niños corren el riesgo de ser reclutados por grupos armados, lo que constituye una grave violación del derecho internacional y a su educación.

De ahí que sea necesario tomar medidas urgentes para garantizar la seguridad y el bienestar de los infantes, y así evitar que una generación entera se pierda en la violencia y las privaciones.

Las pandillas en Haití destruyeron en 2024 un total de 284 escuelas, y en enero de 2025 convirtieron en ruinas a 47 colegios en Puerto Príncipe.

Geetanjali Narayan, representante del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) en Haití, explicó que los grupos armados ven el saqueo de los planteles como una alternativa lucrativa a otras formas de extorsión y delincuencia.

Unicef estima que uno de cada siete niños en Haití no asiste a la escuela, y casi un millón más corre el riesgo de abandonar la enseñanza, por lo que la educación nunca estuvo tan amenazada.

Un niño que no está en el colegio es un riesgo, pues en 2024 el reclutamiento de ellos en grupos armados aumentó en un 70 por ciento, lamentó Narayan citado por la radio local.

Ahora, hasta la mitad de los miembros de las pandillas son niños, algunos menores de ocho años de edad.

Al estar limitado el acceso a la educación, los infantes son más vulnerables a la explotación y el reclutamiento por parte de las bandas criminales.

La educación –aseguró Narayan- es una de las herramientas más efectivas que tenemos para romper este ciclo.

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