Detalla que el refugio puede ser solicitado por cualquier persona que se considere a sí misma como un perseguido político, incluso si ese no es, de hecho, el caso.
Para que ocurra, basta con que la misión extranjera acepte la solicitud.
Sin embargo, instituciones brasileñas como el Ministerio Público Federal pueden pedir la prisión preventiva del exgobernante si, sobre la base de actos contemporáneos y concretos, identifican que busca escapar de la justicia.
La agencia local de noticias asegura que el político ultraderechista tiene en su historial episodios que pueden considerarse indicios de que apelaría al asilo en caso de condena por la trama golpista.
En tal sentido menciona el discurso público del exmilitar sobre el tema en noviembre, la estancia en la Embajada de Hungría, en febrero de 2024, y el viaje a Estados Unidos después de perder las elecciones en 2022 ante el presidente Luiz Inácio Lula da Silva.
Bolsonaro ya admitió públicamente la posibilidad de pedir refugio para evitar el arresto en una entrevista dada en noviembre al portal UOL, días después de ser acusado por la Policía Federal de intento de golpe.
Su defensa niega que él haya admitido tal posibilidad. Por el contrario, afirma que, si hubiera querido huir, se habría quedado en Estados Unidos.
«Así que el asilo no es una posibilidad. El presidente se quedará en Brasil y respetará el proceso penal», subraya el staff jurídico del excapitán del Ejército.
Según Evandro Menezes de Carvalho, profesor de derecho internacional en la Universidad Federal Fluminense (Río de Janeiro), Bolsonaro tendría que ir a una embajada o consulado para hacer la solicitud de asilo.
Si la legión diplomática aceptara, el Gobierno brasileño podría conceder un salvoconducto al expresidente, de manera que pudiera salir de allí e ir directamente a un aeropuerto para tomar un avión con destino al país que concedió el asilo.
Otro escenario posible sería que Brasil no conceda el salvoconducto. En ese caso, Bolsonaro estaría en la condición de asilado dentro de la embajada y estaría protegido de eventuales sanciones por razón de la inviolabilidad del espacio.
En caso de salir de ahí, el exparacaidista podría ser objeto de las medidas del Poder Judicial.
Actualmente, Bolsonaro es denunciado bajo la acusación de dirigir un complot golpista.
El 25 de marzo enfrentará un juicio en la primera sala del Supremo Tribunal Federal que decidirá si se convierte en acusado.
Si la denuncia es aceptada, será juzgado por la corte superior. Si es condenado, puede enfrentar más de 40 años de prisión y aumentar la inelegibilidad, que actualmente llega hasta 2030.
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