La explosión en el inmueble costó la vida a siete personas, dos de ellos identificados como periodistas, y un chófer de la televisión estatal, según el parte circulado por el mando militar del CST, comandando por el general Abel Fattah al Burhan, rival de la milicia RSF, del general Mohamed Hamdan Dagalo.

Más temprano las mismas fuentes reivindicaron la toma de la mansión ejecutiva tras desalojar a sus contrincantes en la que ha dado en llamarse la guerra olvidada de Sudán, causante de la mayor crisis de refugiados de la historia, 14 millones de desplazados, además de 24 mil muertos, un número superior de heridos y la devastación de este país del este de África.

Al control del inmueble siguió una operación de búsqueda y captura de los paramilitares desalojados que emprendieron la retirada hacia zonas al sur de esta capital, siempre según los reportes de las fuentes castrenses.

El portavoz militar coronel Nabil Abdala aseguró que las tropas “aplastaron a los remanentes de la milicia terrorista (…) en el centro de esta capital, el mercado árabe, los edificios del Palacio de la República y de los ministerios», además de ocupar gran cantidad de armas y pertrechos.

Los avances de las fuerzas del CST son los primeros resultados importantes de una ofensiva iniciada semanas atrás para retomar el control de las instituciones del Estado, en manos de las RSF desde el inicio de la conflagración en abril de 2023.

Los éxitos de las tropas oficialistas colisionan con maniobras políticas del comando de las RSF: redacción de una Constitución y la proclamación de un estado paralelo al representado por el CST, situación semejante a la existente en Libia.

Pero las posibilidades de que esa iniciativa prospere son mínimas después de la visita a El Cairo del general al Burhan por el apoyo a su causa que representa el reconocimiento implícito del gobierno egipcio, un peso pesado en la política tanto africana, como árabe e islámica.

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