La suma será destinada a apoyar la sostenibilidad macroeconómica y fiscal de El Salvador, según los prestamistas y las autoridades del país.

Este fondo es parte de los tres mil 500 millones de dólares que recibirá el país de varias multilaterales y que resultan de las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional (FMI) que este año pactó más de mil 400 millones de dólares con condiciones que debe cumplir el gobierno.

“El préstamo del BID, conocido como préstamo especial de desarrollo, ofrecerá apoyo presupuestario mientras El Salvador implementa reformas estructurales tras un acuerdo con el FMI en febrero para restaurar la sostenibilidad fiscal y fomentar el crecimiento y la resiliencia”, señaló el banco a través de un comunicado.

Entre otros anticipos esta uno del Banco Mundial que fue informado la víspera por 120 millones para reforzar el sistema de salud salvadoreño, con lo que suma un financiamiento de 620 millones.

La liberación de fondos para el país coincidió la víspera con un informe del FMI, demorado en 2023 a solicitud del gobierno, donde se advertía de la urgencia de un ajuste fiscal para contener la “deuda insostenible” y el agotamiento de la cuenta de pensiones.

Cuando se alcanzó el acuerdo, la misión técnica del FMI recomendó al gobierno adoptar con urgencia un plan integral para abordar los desequilibrios macroeconómicos, como la “deuda pública insostenible” que llegaría a un 83 por ciento del producto interno bruto (PIB) si no se introducían reformas.

El préstamo del BID tiene un vencimiento de siete años, con un período de tres años de

gracia.

El BID y el Banco Mundial son parte de una alianza con el FMI que se comprometieron a liberar tres mil 500 millones de dólares mientras dure el programa de mil 400 millones aprobado por la multilateral para corregir las distorsiones fiscales.

Al incremento del endeudamiento se suma que el gobierno se comprometió con el Fondo a realizar un ajuste fiscal de 3.5 puntos del producto interno bruto (PIB) durante tres años, iniciando en 2025. Esto incluye fuertes medidas para reducir el gasto, en especial el gasto social, y aumentar los ingresos.

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