Por Jorge Petinaud Martínez
Corresponsal jefe en Bolivia
Reconocida como la figura principal del arte plumaria en Bolivia, Bravo representó exitosamente a su país en la Bienal de Arte de Venecia, Italia (abril-noviembre de 2024) con la muestra Nadie es ilegal en nuestro planeta.
“Ahora siento la necesidad de profundizar desde el arte acerca de este tema a propósito de las arbitrariedades del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, con seres humanos de nuestro continente”, afirmó en entrevista concedida vía Internet a Prensa Latina.
Añadió que al igual que defiende la protección de la biodiversidad y el medio ambiente y por eso trabaja con plumas de aves de corral, se opone a las murallas, las alambradas, los bloqueos y la manipulación de las visas, instrumentos con los cuales se pretende dividir a lo que denominó Abya Yala (Patria Grande).
“También estoy contra los conflictos territoriales y las amenazas a países de América Latina y el Caribe como ahora sucede con México, Panamá, Venezuela o con la imposición de una valla entre pueblos hermanos como Argentina y Bolivia”, dijo a esta agencia de noticias.
Comentó que por este último motivo y a propósito del Bicentenario de su tierra natal (6 de agosto), creó una colección de trajes a base de plumas que presentará en una pasarela este domingo en homenaje a Juana Azurduy, heroína de las fuerzas independentistas argentinas y de la boliviana.
“Resaltarán en la pasarela los colores de nuestra bandera -comentó-, el del mar, al que nunca renunciaremos, y un uniforme con el que una modelo representará a Azurduy; ella fue ascendida a teniente coronel en 1816 por el general argentino Manuel Belgrano, y en noviembre de 1825 recibió en Chuquisaca la visita de El Libertador Simón Bolívar, quien consideró un honor conocerla”.
Bravo explicó que el tema de los migrantes la conmueve profundamente, pues durante la dictadura de Hugo Bánzer en los inicios de la década de 1970 su familia se fue desintegrando por la persecución política, y solo pudieron reunificarse en la Chile de Salvador Allende.
Allá pudo continuar sus estudios de artes plásticas bajo el magisterio, entre otros, del artista Oswaldo Guayasamín, hasta que en 1973 lograron salvarse de la represión de las fuerzas golpistas del general Augusto Pinochet y llegaron como refugiados políticos a Suiza, donde perfeccionó los conocimientos de artes plásticas y estudió psicología.
“Durante los más de 40 años que viví en Europa, desde 1973 a 2016, pude conocer 30 países porque en ese continente existían muchas facilidades para viajar, sobre todo para los jóvenes”, evocó Bravo.
Criticó que ahora, lamentablemente, el espacio Schenguen también establece muchas barreras, y desde el Sur Global es muy difícil viajar, conocer el mundo; estudiar e investigar, un elemento fundamental para su desarrollo económico y cultural a esa edad.
“Nos cortan la libertad, pese a que nadie es ilegal en nuestro planeta, como expresé en Venecia con la muestra que presenté, y en particular en eso de cercenar ese derecho humano se destaca el presidente de Estados Unidos, Donald Trump”, reiteró la artista.
En referencia al festival multidisciplinario de Santa Rosa de Cuevo en el cual interviene junto a otros 100 creadores de nueve países bajo la dirección artística del italiano Mimmo Roselli, comentó que fusiona simpleza y conceptualismo.
Agregó que desde el 16 del mes en curso trabaja en talleres con niños, jóvenes y mujeres, quienes elaboran proyectos de arte plumaria, que serán exhibidas en un espacio especial desde el 27 hasta el 30 del mes en curso durante las exhibiciones artísticas del festival, propiamente.
“La temática sobre la migración indocumentada la investigué como psicoterapeuta en Suiza, donde trabajé con la migración boliviana, y ahora esos conocimientos son la base del concepto que expondré en Santa Rosa de Cuevo”, concluyó la artista.
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