Una caravana de cinco patrullas escoltó el traslado desde la provincia de Limón hasta la septentrional Heredia del cuerpo de la víctima, uno de los cinco heridos en el tiroteo iniciado por los atacantes contra agentes de esa fuerza fronteriza y del Organismo de Investigación Judicial (OIJ) en el sitio conocido como Playa Bonita.

Martínez, quien fue transportado para su funeral en Upala, frontera norte, murió luego de una semana de lucha por su vida, después de ser baleado junto a otro uniformado y a tres civiles durante la balacera, en la que los atacantes usaron fusiles de asalto AK-47 y AR-15, añade un parte del Ministerio de Seguridad Pública.

Efectivos de la Fuerza Pública y del OIJ capturaron el mismo día del tiroteo a cuatro individuos sospechosos de protagonizar los hechos, mediante un operativo que también les decomisó tres armas largas de las que se presume emplearon en el tiroteo, supuestamente AK-47 y AR-15, empleadas en los últimos meses por criminales vinculados al tráfico de drogas.

Las fuerzas del orden que enfrentaron a los atacantes tras iniciar estos los disparos, integraron a una unidad de la Policía de Fronteras que pasaba por el lugar, de la cual era miembro el fallecido Martínez, y a los agentes del OIJ que emprendieron el enfrentamiento contra los pistoleros.

Los uniformados reaccionaron tras observar a los hombres armados que disparaban desde dentro del vehículo, explicó el director del OIJ, Randall Zúñiga, citado por el Diario Extra.

Uno de los dos heridos salió de alta durante las primeras horas tras un disparo en el rostro, pero Martínez recibió un balazo en el pecho que le afectó un pulmón, lo cual ahora le causó la muerte, añadieron las fuentes.

Oficiales de la OIJ y otras fuerzas del orden, legisladores, representantes de entidades sindicales y populares y funcionarios públicos expresan hace meses su preocupación ante el creciente empleo de armas de guerra como los referidos fusiles de asalto por parte de criminales vinculados al narcotráfico.

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