En enero y también en febrero últimos se produjeron 252 muertes (sobre las 227 en el inicio del año pasado y 156 en el segundo), según datos del Centro de Investigaciones Económicas Nacionales, citados por el diario Prensa Libre.

En opinión del exviceministro de Gobernación Mario Mérida siempre en las etapas previas a actividades donde hay mayor movimiento económico —como el descanso de Semana Santa y de fin de año— se da un incremento natural de la violencia.

Descartó la existencia de una estrategia detrás de todo esto para poner en mal al Gobierno o derrocarlo, “eso es agua pasada”, afirmó en declaraciones al periódico.

A pesar de que la Policía ha tenido éxito en la captura de algunos sujetos, no ha logrado disuadir la delincuencia ni los crímenes, particularmente en la ciudad capital, señaló.

El integrante del Foro de Organizaciones Sociales especializadas en estos temas Sandino Asturias consideró que hay tres elementos relacionados con el aumento de la inseguridad.

“La violencia en Guatemala históricamente se ha aprovechado para fines políticos”, expresó, en tanto remarcó que el crimen organizado y la delincuencia común reaccionan a diferentes medidas implementadas por el Ejecutivo para combatirlos.

Describió que las acciones contra extorsiones y organizaciones criminales provoca una reacción violenta frente a las medidas que pueda estar tomando la actual administración.

Un tercer factor siempre está vinculado a la impunidad, es decir la violencia se incrementa como consecuencia de la falta de investigación criminal y la ausencia de capturas de los responsables, expuso Asturias.

Uno de los principales retos del presidente de Guatemala, Bernardo Arévalo, y su Ejecutivo es la inseguridad en los 22 departamentos, donde sobresalen precisamente los asesinatos y extorsiones.

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