La embajada de Cuba en la República Dominicana invitó a unirse a la celebración, en homenaje a Gómez y Martí, en una jornada patriótica de paz, amistad, solidaridad y unidad en la diversidad de América Latina y el Caribe, y de hermandad entre los dos pueblos.
Para los cubanos y dominicanos es inolvidable la visita a la modesta Casa de Montecristi, donde impresiona pensar en el instante en que en una de sus salas dos grandes hombres unidos en sentimiento y responsabilidades firmaron el histórico documento que constituía el programa de la Revolución.
A Montecristi, donde residía el veterano militar de origen dominicano, llegó Martí en busca de su adhesión al plan independentista, al que el dominicano Gómez se unió sin reparos.
El Manifiesto de Montecristi expuso al mundo las ideas organizativas de la Guerra de 1895, y constituye, 130 años después de su promulgación, una muestra irrebatible de la unidad de la Revolución Cubana.
En el centenario del Manifiesto, el líder histórico de la Revolución cubana, Fidel Castro, lo catalogó como “uno de los más grandes legados políticos que ha recibido nuestro pueblo.”
La guerra de independencia, afirma el Manifiesto suscrito en esta ciudad hace 130 años, es la voluntad de un país que se lanza en un conflicto que solo puede terminar en victoria o el sepulcro.
En la carta que dirigiera a su amigo Federico Hernández y Carvajal, considerado su testamento político, Martí dijo que Santo Domingo es lo mismo que Cuba, ¿hay mejor cubano que usted y Gómez?, se pregunta.
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