El mandatario prometió una aceleración “sin precedentes” de las inversiones en las fuerzas armadas para “que podamos defender cada centímetro de nuestro territorio soberano, a la vez que apoyamos y defendemos a nuestros aliados en el extranjero”, afirmó durante un evento de campaña en Halifax.
Al decir del político, la soberanía nacional se enfrenta a las mayores amenazas en generaciones; el mundo, alegó, está cada vez más dividido y es más peligroso, y “este plan ayudará a garantizar que Canadá sea fuerte en casa, fuerte en el extranjero”, aseveró.
Sin precisar las proyecciones financieras, confirmó el interés de comprar nuevos submarinos y rompehielos pesados, así como de elevar los sueldos a los militares, en sintonía con las exigencias de la Organización del Tratado del Atlántico Norte a sus Estados miembros de destinar a la esfera bélica una cifra anual equivalente a no menos del dos por ciento del producto interno bruto.
De triunfar en los venideros comicios, también concederá nuevas competencias de vigilancia a la Guardia Costera, manifestó.
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