De acuerdo con el organismo, la reducción de la financiación mundial para programas de supervivencia infantil que salvan vidas está provocando escasez de personal sanitario, cierre de clínicas, interrupciones en los programas de vacunación y falta de suministros esenciales, como tratamientos contra la malaria.
Además, afectan gravemente a regiones en crisis humanitarias, países endeudados y zonas con tasas de mortalidad infantil ya elevadas.
Tales recortes también podrían socavar los esfuerzos de control y seguimiento, lo que dificultaría llegar a los niños más vulnerables, según dos nuevos informes publicados este martes por el Grupo Interinstitucional de las Naciones Unidas para la Estimación de la Mortalidad Infantil.
En este contexto, el director de la Organización Mundial de la Salud, Tedros Adhanom, aseguró que ante los recortes de la financiación mundial, “es más necesario que nunca” intensificar la colaboración para proteger y mejorar la salud de los niños.
Datos expuestos en los informes dan cuenta que el número de niños que morirán en el mundo antes de cumplir los cinco años se redujo a 4,8 millones en 2023, mientras que el de muertes fetales disminuyó ligeramente, manteniéndose en torno a 1,9 millones.
Desde el año 2000, las muertes infantiles se redujeron en más de la mitad y la mortinatalidad (cuando un bebé fallece en el útero durante las últimas 20 semanas del embarazo) en más de un tercio, impulsadas por las inversiones sostenidas en supervivencia infantil a nivel global.
En 2022 se alcanzó un hito histórico cuando las muertes infantiles cayeron ligeramente por debajo de los cinco millones por primera vez, sin embargo, el progreso se ralentizó y todavía se pierden demasiados niños por causas evitables.
“Millones de niños están vivos hoy gracias al compromiso mundial con intervenciones probadas, como las vacunas, la nutrición y el acceso al agua potable y al saneamiento básico. Llevar las muertes infantiles evitables a un mínimo histórico es un logro extraordinario”, dijo la directora ejecutiva del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia, Catherine Russell.
Advirtió que, de no se tomarse las decisiones políticas adecuadas y no invertir lo suficiente, se corre el riesgo de revertir estos logros tan difícilmente conseguidos y de que millones de niños más mueran por causas prevenibles, algo que “no podemos permitir que ocurra”, dijo.
Los expertos señalan que casi la mitad de las muertes de menores de cinco años se produce en el primer mes de vida, sobre todo por partos prematuros y complicaciones durante el parto.
Más allá del periodo neonatal, las enfermedades infecciosas, incluidas las infecciones respiratorias agudas como la neumonía, el paludismo y la diarrea, son las principales causas de muerte infantil evitable.
Mientras tanto, el 45 por ciento de los mortinatos tardíos se producen durante el parto, a menudo debido a infecciones maternas, un parto prolongado u obstruido y la falta de intervención médica oportuna.
Un mejor acceso a una atención sanitaria materna, neonatal e infantil de calidad en todos los niveles del sistema sanitario salvaría muchas más vidas, según los informes.
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