En la región más de 240 millones de personas viven con ENT y requieren tratamiento continuo, la mayor parte de este puede proporcionarse a través de la atención primaria de salud, detalló el director de la OPS, Jarbas Barbosa, en la Reunión Regional sobre Prevención y Control de Enfermedades No Transmisibles, celebrada en Brasil.
Sin embargo, dijo, muchas no reciben la atención adecuada o sucumben a su enfermedad debido a un manejo y control deficientes.
Barbosa tocó otra arista del problema, al calificar de alarmantes las dimensiones económicas de las ENT.
Destacó que las proyecciones actuales muestran que en 10 países de América del Sur, las ENT y las condiciones de salud mental podrían generar pérdidas económicas combinadas por un total de 7,3 billones de dólares para 2050, lo que equivale al cuatro por ciento del Producto Interno Bruto de la subregión.
“La buena noticia es que contamos con el conocimiento y las herramientas para prevenir y controlar las ENT”, afirmó el directivo refiriéndose a las “mejores inversiones” en este tema.
Se trata, dijo, de políticas e intervenciones sanitarias rentables, como el aumento de los impuestos sobre el tabaco y el alcohol, la implementación del etiquetado frontal de alimentos, la vacunación contra el virus del papiloma humano, principal causa del cáncer de cuello uterino en niñas menores de 15 años, y el tratamiento de la hipertensión y la diabetes, entre otras.
“Muchas de estas intervenciones ya se están implementando en nuestros países, pero debemos ampliar y acelerar urgentemente su aplicación, además de garantizar una atención de salud de calidad para todas las personas afectadas”, agregó.
Si bien la mortalidad prematura por ENT, como la hipertensión, la diabetes y el cáncer, disminuyeron en las Américas en la última década, de 15,2 por ciento en 2010 a 14 por ciento en 2021, solo cinco países de la región están en camino de alcanzar la meta mundial de reducir en 25 por ciento la mortalidad prematura por esta causa para 2025, según la OPS.
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