En andas de una ofensiva que incluyó la ciudad de Omdurmán y bastiones de la milicia liderada por el general Mohamed Hamdan Dagalo, el Ejército, leal al CST, del general Abdel Fattah al Burhan, desalojó a sus adversarios de la Mansión Ejecutiva y de los edificios que albergan las instituciones del Estado.

Hasta ahora limitada a esta capital y sus alrededores la operación constituye un éxito si no decisivo un resultado que anuncia un avance masivo sobre las posiciones de las RSF en el interior del país.

La ofensiva coincidió con una visita del general al Burhan a El Cairo, indicio del apoyo de Egipto, un peso pesado político y militar en África, que unido a las dificultades de reabastecimiento de sus contrincantes marca la diferencia en lo que ha dado en llamarse la guerra olvidada de Sudán.

En términos políticos la recuperación de la capital resta volumen a la intención del caudillo de las RSF de proclamar un gobierno paralelo en las zonas bajo su control, en particular Darfur, anunciada días atrás por el general Hamdan Dagalo.

Desde el inicio del conflicto Sudán tiene el dudoso honor de contar con la mayor crisis de refugiados de la historia, 14 millones de desplazados, y de sufrir 24 mil muertes, y la devastación de este país musulmán del noreste de África.

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