En una alerta epidemiológica, la Organización Panamericana de la Salud / Organización Mundial de la Salud (OPS/OMS) instó además a vacunar a las poblaciones en riesgo y tomar las acciones necesarias para garantizar que los viajeros que se dirigen a esas zonas estén correctamente informados y protegidos contra este mal.
También recomiendan disponer de dosis de reserva, de acuerdo con la disponibilidad de vacunas en cada país, para garantizar una respuesta rápida ante posibles brotes.
Datos de los organismos sanitarios muestran que en lo que va de 2025 se notificaron 131 casos confirmados de fiebre amarilla en humanos en cuatro países de la Región —Bolivia, Brasil, Colombia y Perú—, de los cuales 53 resultaron fatales.
En 2024, los casos se registraron principalmente a lo largo de la región amazónica de Bolivia, Brasil, Colombia, Guyana y Perú.
En 2025, sin embargo, se han detectado también en el estado de São Paulo, en Brasil, y el departamento de Tolima, en Colombia, regiones que se encuentran fuera del área amazónica de ambos países.
De acuerdo con los expertos, en las Américas el riesgo de brotes de fiebre amarilla es elevado.
Se trata de una enfermedad hemorrágica aguda endémica en 12 países y un territorio de Sudamérica: Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, Guyana Francesa, Guyana, Panamá, Paraguay, Perú, Surinam, Trinidad y Tobago y Venezuela.
Los casos pueden ser difíciles de distinguir de otras fiebres hemorrágicas virales como el arenavirus, el hantavirus o el dengue.
Los síntomas suelen aparecer de tres a seis días después de la picadura de un mosquito infectado de las especies Aedes y Haemogogus.
En la fase inicial, incluyen fiebre, dolor muscular, dolor de cabeza, escalofríos, pérdida de apetito y náuseas o vómitos, síntomas que en la mayoría de los pacientes desaparecen después de tres a cuatro días (fase de remisión).
Sin embargo, el 15 por ciento de los pacientes entran en una tercera fase, más tóxica, dentro de las 24 horas posteriores a la remisión inicial, y la mitad de ellos mueren.
Actualmente no existe un fármaco antiviral específico para la fiebre amarilla, pero los cuidados específicos para tratar la deshidratación, la insuficiencia hepática y renal, y la fiebre mejoran los resultados.
La vacuna contra la fiebre amarilla es segura, asequible y una sola dosis es suficiente para conferir inmunidad y protección de por vida, sin necesidad de dosis de refuerzo, aseguran los especialistas.
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