Machar fue arrestado por miembros de los cuerpos de seguridad “que desarmaron a sus guardaespaldas por acusaciones poco claras, dijo Reath Muoch Tang, de la dirección del partido Movimiento de Ejército Liberación de Sudán/Ejercito en la Oposición (MELS/ELO).
Machar está confinado por el gobierno y su vida peligra, añadió el informante en un comunicado remitido a la prensa.
La situación sursudanesa se complicó semanas atrás cuando miembros del Ejército Blanco, una milicia leal a Machar, atacó y ocupó una base del Ejército en el estado de Alto Nilo y disparó contra un helicóptero de la ONU lo que detonó combates entre el Ejército y grupos leales al MELS/ELO.
A principios de la semana en curso la misión de la ONU en Sudán de Sur, el más joven miembro de esa agrupación planetaria, advirtió que el país está al borde de otra guerra civil como la ocurrida entre 2013 y 2018 durante la cual murieron 400 mil personas. Tras la firma de un acuerdo de paz entre el presidente Salva Kiir y Machar para la distribución del poder, el segundo fue designado primer vicepresidente, pero la vida demostró que la reconciliación entre ambos era a lo sumo precaria
Las diferencias entre ambos, junto a las disputas por el poder en este país productor de petróleo posee un tinte étnico ya que Kiir es dinka, mayoritarios con el 35 por ciento de los 11 millones de habitantes, y Machar nuer, los segundos, con el 15 por ciento.
Otras etnias minoritarias cohabitan en el territorio, saber: shilluk, azande, bari, kakwa, acholi, mundari, anuak y bongo, entre otras.
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