Dicho criterio se debe a la imposición de aranceles por parte del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, siempre según la encuesta de YouGov.
Desde la gasolina en el surtidor hasta los teléfonos inteligentes iPhone de Apple, pasando por las tiendas online o los servicios de streaming, los productos procedentes de Estados Unidos se transforman en parte integral de la vida cotidiana de los alemanes.
Sin embargo, cuando se les preguntó si podrían imaginarse seguir comprando productos de esa nación en vista de la disputa arancelaria, el 53 por ciento de los más de dos mil encuestados respondió No, definitivamente no o No, probablemente no.
Los encuestados citaron como principal razón motivos políticos: muchos (48 por ciento) querían boicotear deliberadamente a los Estados Unidos. Además, muchas personas no están dispuestas a pagar precios más altos por los productos estadounidenses en el contexto de la disputa arancelaria (44 por ciento).
Por el contrario, un nueve por ciento de los encuestados definitivamente quiere seguir comprando productos estadounidenses, y otro 25 probablemente quiere hacerlo.
Sin embargo, más de un tercio (34 por ciento) de los que estaban dispuestos a comprar dijeron que no podían identificar exactamente qué productos provenían de Estados Unidos.
Aproximadamente uno de cada cinco (22 por ciento) de este grupo considera que un boicot por parte de consumidores individuales no tiene sentido.
Los planes de vacaciones también podrían verse afectados: solo una cuarta parte de los encuestados aún puede imaginarse pasarlas en Estados Unidos. El 37 por ciento lo descarta o lo considera improbable, también principalmente por motivos políticos.
Un boicot total a las empresas estadounidenses significaría, en última instancia, no solo un rechazo a los productos estadounidenses, sino también, una negativa a realizar cosas como búsquedas en Google, publicaciones en Instagram, enviar mensajes de WhatsApp, ver películas de Netflix o hacer pedidos en Amazon.
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