El documento aborda temas como el desarrollo histórico de los derechos humanos en esa zona, la democracia popular integral, la protección de los derechos económicos, sociales y culturales, la libertad religiosa, la conservación ambiental, los derechos de grupos específicos y el fortalecimiento del marco legal.

Asimismo, el texto subraya que el Partido Comunista de China ha integrado el respeto y la protección de los derechos humanos en su estrategia para el Tíbet.

Bajo esta orientación, se ha promovido el desarrollo, fortalecido la democracia participativa y mejorado la protección legal de los derechos ciudadanos, refleja el documento.

Según el libro blanco, los habitantes del Tíbet disfrutan hoy de derechos democráticos más amplios, reales y efectivos.

Los derechos a un nivel de vida adecuado, educación, empleo, salud y seguridad social han sido garantizados de manera más integral.

Además, el Tíbet ha experimentado un «desarrollo sin precedentes» en su cultura, mientras que en materia religiosa, el texto destaca que la libertad de creencia está protegida mediante un marco jurídico cada vez más robusto.

El Tíbet también es reconocido como una de las regiones con mejores condiciones ambientales del mundo, con una atención creciente a los derechos ecológicos de sus habitantes.

Numerosos gobiernos occidentales acusan a Beijing por supuestas violaciones de los derechos humanos en Xinjiang, Tíbet, Hong Kong, Macao y otras partes.

La Cancillería rechazó en varias ocasiones esta postura calificándola de infundada y de una «grosera injerencia en los asuntos internos de China».

mem/idm