Se trata, mediante su acción presidencial, del establecimiento de un “Grupo de Trabajo de Washington Seguro y Hermoso”, que buscará una mano federal en la redirección de recursos a nivel de país, estatales y locales para deportar aquí a migrantes indocumentados. También monitoreará su estatus de ciudad santuario.

El representante republicano Clay Higgins, de Luisiana, presentó a principios de esta semana un proyecto de ley que exige a la capital cumplir con las leyes de inmigración federales y que prohíba su estatus de ciudad santuario, según destacan medios de prensa.

El decreto de Trump, rubricado la víspera, también busca desplegar una presencia “más robusta” de las fuerzas del orden federales, así como facilitar más efectivos de aplicación de la ley en diferentes áreas.

Se relacionan entre esos lugares la Explanada de Washington, Memorial Parks, Rock Creek Park, Union Station, Anacostia Park, Lafayette Park, el George Washington Memorial Parkway, The Suitland Parkway y el Baltimore-Washington Parkway.

La disposición además tiene como objetivo asegurar que “todas las leyes aplicables de calidad de vida, molestias y seguridad pública se apliquen estrictamente”, incluidos delitos que involucren agresión, lesiones, hurto, grafiti, intoxicación pública y más.

“Es política de Estados Unidos hacer que el Distrito de Columbia sea seguro, hermoso y próspero previniendo el crimen, castigando a los criminales, preservando el orden, protegiendo (…) nuestra historia y patrimonio”, afirmó el decreto.

Al frente del Grupo de Trabajo estará Stephen Miller, subjefe de Gabinete de la Casa Blanca o su designado, e integrará a representantes de varios departamentos y agencias federales entre ellos los departamentos del Interior, Seguridad Nacional y Transporte, y el FBI.

Poco tiempo después de su regreso al cargo, el mandatario republicano dijo a los periodistas a bordo del avión presidencial: “Creo que deberíamos tomar el control de Washington”.

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