En esta ocasión también conmemoran 10 años de la inscripción de la festividad como patrimonio cultural inmaterial por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura.

Los residentes y ancianos locales ofrecen bendiciones para un año de paz y prosperidad mediante múltiples actividades que incluyen eventos comunitarios, cantos y bailes tradicionales.

El viceprimer ministro Temesgen Tiruneh destacó en su cuenta de la red social X, a propósito de la celebración, que Etiopía es un gran país, que se distingue por su identidad, cultura y valores diversos, y está unido por la unidad nacional.

Tiruneh precisó que el festival Fiche Chambalala, que marca el punto de inflexión de la nación Sidama, es un evento llegado a la actualidad a través de una larga cadena de generaciones.

Aseguró que no solo es una identidad cultural de esa región, sino también un tesoro nacional durante el cual las personas se reconcilian y olvidan las disputas, y quienes están lejos de sus familias se reúnen.

Conmemora que una mujer sidama, después contraer matrimonio, visitó todos los años a sus padres y parientes trayendo consigo buurisame, un plato hecho con falso plátano, manteca y leche para que la compartieran con los vecinos.

Esta conmemoración se ha convertido en un símbolo de unidad del pueblo Sidama y cada año sus astrólogos determinan la fecha exacta de su celebración, comunicándola ulteriormente a todos los clanes que componen esta etnia.

Según la tradición, el primer día de la fiesta los niños acuden a las casas de sus vecinos para felicitarlos y estos les ofrecen buurisame a cambio de sus buenos deseos.

Los jefes de clan dispensan consejos como esforzarse en el trabajo, respetar a los mayores, no talar árboles endémicos, no caer en la mendicidad ni en la indolencia, no levantar falsos testimonios y no robar.

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