El juez de Familia de ese territorio, Andy Herrera, confirmó la medida tras una larga investigación que comenzó cuando una de las madres se sometió a una prueba de ADN verificatoria de la paternidad, en una demanda al supuesto padre de que solvente la mantención del niño.
El resultado indicó que el niño no era hijo de ninguno de los dos, por lo que se abrió una investigación y se ubicó en los registros del hospital de Jaén, los partos registrados el mismo día y se les aplicó la prueba de ADN, lo cual verificó que los niños habían sido cambiados.
En virtud de tal comprobación, los niños fueron entregados a sus verdaderas madres, con sufrimiento de los cuatro, pues se rompieron lazos afectivos debido al error hospitalario.
La secretaria del Colegio de Psicólogos de Perú, María Esther Bernal, expresó su desacuerdo con el emocionalmente desgarrador intercambio y dijo que niños y madres debieron contar con asistencia psicológica durante por lo menos un año.
arc/mrs