Durante un discurso televisado por el Día Internacional de Al-Quds (Jerusalén), el líder de Hizbulah destacó el rechazo a la normalización y a los procesos políticos que permitan a Israel lograr lo que no alcanzó mediante la guerra.

La referencia del movimiento político y militar libanés renovó la oposición a cualquier escenario en el que Israel tenga libertad para violar la soberanía de Líbano a su antojo.

Si Israel cree que puede imponer una nueva ecuación al atacar el suburbio sur de Beirut, el sur o la Bekaa, eso no será tolerado, advirtió.

Qassem resaltó que la Resistencia no permitirá «que nadie nos quite nuestra fuerza para enfrentar a Israel».

«No subestimen nuestras palabras. Si Israel no cumple, no tendremos más remedio que recurrir a otras opciones», enfatizó.

En palabras del jefe de Hizbulah, desde el acuerdo de alto al fuego, ahora recae en el Estado la responsabilidad de ir más allá de los marcos diplomáticos en el momento apropiado para enfrentar esta ocupación.

A juicio del dirigente, las justificaciones israelíes y las condiciones de ocupación carecen de sentido, y el mundo entero es testigo de que Líbano, con su Resistencia, respetó el acuerdo.

Según el secretario general, esta agresión debe terminar y «no podemos aceptar que se continúe con este enfoque».

El Estado libanés debe adoptar una posición firme e Israel no alcanzará sus objetivos mientras la Resistencia, el pueblo y la cohesión interna permanezcan intactos, puntualizó.

La autoridad reiteró el compromiso de Hizbulah en la construcción del Estado y añadió que Líbano solo puede prosperar con la contribución de todo su pueblo, como base de su estabilidad.

A la luz de los incidentes a lo largo de la frontera sirio-libanesa y dentro de la nación vecina, Qassem reafirmó que Hezbolá no tiene absolutamente ninguna conexión con esos acontecimientos.

Sentenció que el arma de la resistencia es una línea roja y está vinculada al fin de la ocupación y al establecimiento del Estado palestino.

A criterio del secretario general, «hoy somos testigos de una Resistencia palestina profundamente arraigada, decidida a liberar la tierra desde el río hasta el mar.

En valoración de Qassem, la operación Diluvio de Al-Aqsa convirtió la causa palestina en un problema global y el pueblo no puede ser derrotado porque es el legítimo propietario de la tierra.

Israel es un enemigo expansionista que no se detendrá ante ningún límite y la resistencia es un derecho legítimo y una respuesta natural, resaltó.

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