Hasta la fecha se han reportado brotes declarados en cuatro provincias: Kivu Norte, Kivu Sur, Tanganyika y Maniema, las dos primeras entre las más afectadas por el conflicto.
Según la OCHA, los socios humanitarios responden con campañas de tratamiento y divulgación, pero escasean los suministros médicos, los equipos de protección y las instalaciones sanitarias.
“El brote parece estar empeorando en la provincia de Maniema, donde las autoridades sanitarias informan una tasa de letalidad del 13 por ciento, muy por encima del umbral de emergencia del dos por ciento”, refirió el organismo.
Añadió que esa demarcación ya se encuentra bajo presión debido a la llegada de miles de desplazados desde enero, que huyen de la violencia en Kivu Norte y Kivu Sur.
Desde inicios del mes de marzo la OCHA viene alertando sobre la rápida propagación de la enfermedad y las condiciones que propician el contagio, como ocurrió en Uvira, en Kivu Sur, donde las autoridades sanitarias registraron más de 200 nuevos casos y dos muertes en un período de dos días.
“Las instalaciones sanitarias de Uvira necesitan urgentemente más suministros médicos para contener la propagación en las comunidades. La inseguridad y las limitaciones logísticas están obstaculizando la llegada de existencias críticas desde la capital provincial, Bukavu”, señaló el organismo el 8 de marzo.
Esta situación se agrava cada vez más, en particular por el avance del Movimiento 23 de Marzo (M23) sobre la ciudad de Walikale en el territorio de igual nombre, lo que ocasionó nuevos desplazamientos en varios poblados aledaños y en esa urbe.
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