Un total de cuatro mil 995 hectáreas fueron afectadas por esos siniestros, pero la cifra es 195,3 por ciento menor a la registrada en igual periodo de 2024.
Según los datos del ICF, en los primeros tres meses del año pasado se contabilizaron 853 incendios forestales, con una afectación de 39 mil hectáreas.
En la nación centroamericana este tipo de catástrofe representa una grave amenaza ambiental, especialmente durante la temporada seca, que coincide con el verano (febrero a mayo).
Como consecuencia de la tala ilegal y los incendios, Honduras pierde anualmente entre 50 mil y 60 mil hectáreas de áreas boscosas.
De acuerdo con estadísticas oficiales, más del 90 por ciento de esos siniestros son causados por el ser humano, pues no se ha logrado un control efectivo del fuego, que a menudo se propaga hacia las montañas.
Estos se desencadenan cuando numerosos campesinos suelen perder el control al quemar terrenos con el fin de preparar la tierra para cultivos, o por acciones intencionales de “criminales del bosque”, sostienen organizaciones defensoras del medio ambiente.
Para mitigar estas igniciones, el ICF ejecuta acciones en conjunto con las Fuerzas Armadas y el Cuerpo de Bomberos, aunque la colaboración de las comunidades es esencial para prevenir y controlar las mismas.
Los incendios forestales castigan con particular fuerza a los departamentos (regiones) de Francisco Morazán (Tegucigalpa y Comayagüela), Choluteca, El Paraíso, Olancho y Ocotepeque.
rc/edu