En vísperas de esta fecha, la Organización Mundial de la Salud (OMS) dio a conocer que en el año 2020 en América Latina y el Caribe se produjo una muerte materna cada hora, lo que supuso un retroceso de dos décadas de avances en los indicadores de salud materna en la región.
Según las estimaciones actuales, cada año cerca de 300 mil mujeres mueren durante el embarazo o el parto, más de dos millones de recién nacidos fallecen en su primer mes de vida y millones más nacen muertos.
Si las tendencias se mantienen, cuatro de cada cinco países seguirán lejos de alcanzar las metas de mejora de la supervivencia materna de aquí a 2030, y uno de cada tres no logrará los objetivos de reducir la mortalidad neonatal.
La hemorragia —un sangrado intenso y grave— y los trastornos hipertensivos, como la preeclampsia, son hoy las principales causas de mortalidad materna, según un estudio realizado por la OMS.
Específicamente en 2020 estas dos afecciones causaron entre 80 mil y 50 mil decesos, respectivamente, lo que, a juicio de los expertos, demuestra que muchas mujeres siguen sin tener acceso a servicios de salud vitales durante y después del embarazo y el parto.
La investigación mostró que la hemorragia, que ocurre principalmente durante o después del parto, causa casi un tercio (el 27 por ciento) de la mortalidad materna, mientras que la preeclampsia y otros trastornos hipertensivos representan un 16 por ciento.
Otras causas directas de mortalidad materna son: sepsis e infecciones, embolias pulmonares, complicaciones derivadas de abortos espontáneos e inducidos, incluidos los que se producen de forma espontánea.
También los debidos a embarazos ectópicos y los que ocurren a causa de la práctica de abortos en condiciones inadecuadas, complicaciones de la anestesia y traumatismos ocurridos durante el parto.
El informe de la OMS destaca que otras afecciones, entre ellas enfermedades infecciosas y crónicas como la infección por el VIH/sida, el paludismo, la anemia y la diabetes, ocasionan casi una cuarta parte (el 23 por ciento) de la mortalidad relacionada con el embarazo y el parto.
La mayor parte de las muertes maternas ocurren durante el parto o poco después, por lo que este es un momento crucial para salvar muchas vidas.
Los especialistas subrayan que muchas de estas afecciones no se detectan ni se tratan hasta que derivan en complicaciones graves, lo que incrementa el riesgo y complica los embarazos de millones de mujeres en todo el mundo.
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