“En línea con la respuesta humanitaria, las capacidades operativas y técnicas de la SNGR se encuentran limitadas, lo que impide brindar una atención integral y eficaz a la población afectada”, advirtió un informe técnico de esa entidad.
La declaración de emergencia institucional por 60 días permitiría a esa instancia movilizar los recursos para atender la creciente crisis humanitaria que ha dejado al sistema estatal al borde del colapso, tras registrar más de dos mil eventos adversos en lo que va de 2025.
La mayoría de las situaciones adversas se derivan de las constantes precipitaciones: 886 deslizamientos de tierra, 864 inundaciones, 137 colapsos estructurales, 119 socavamientos, entre otros.
Para atender a los damnificados de estos eventos, la SNGR ha entregado 213 mil bienes de asistencia humanitaria, incluidos alimentos, camas, cobijas, colchones, mosquiteros, cocinas, artículos de aseo personal y otros insumos.
Por la magnitud de las lluvias y el grado de afectaciones, la institución ubicó al país en la categoría 4 de los protocolos de amenazas, lo que corresponde al nivel de “desastre”, estado previo a la situación que se califica como catástrofe.
Esa clasificación supone una situación en la que resultan insuficientes los medios y recursos del país y se requiere la ayuda internacional.
Los pronósticos del Instituto Nacional de Meteorología e Hidrología (Inamhi) determinan que las lluvias seguirán durante los meses de abril y parte de mayo.
A eso se suma la catástrofe ambiental por el derrame de crudo en la provincia de Esmeraldas que dejó a miles de familias sin acceso a agua potable durante varios días y las consecuencias impactan el desarrollo económico y social de ese territorio costero.
Aunque la SNGR se declaró en emergencia por la falta de recursos, el presidente y candidato presidencial, Daniel Noboa, anunció en plena campaña una serie de bonos y ayudas para afectados por los desastres que podrían superar los 560 millones de dólares.
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