De acuerdo con el vocero, ambas partes buscan crear un entorno favorable para promover la cooperación en inversiones y el desarrollo industrial entre empresas chinas y europeas.
El bloque europeo aprobó a finales del año pasado aranceles de hasta un 35 por ciento a vehículos eléctricos chinos, que se añadieron a la tasa ya existente del 10 por ciento.
La votación mostró a una Unión Europea dividida sobre este particular ya que 10 países dijeron sí a la medida (entre ellos Italia, Francia y Polonia), 12 se abstuvieron y cinco la rechazaron (incluidos Alemania y Suecia).
El Ministerio de Comercio del gigante asiático rechazó esta imposición y calificó la medida como proteccionista, injusta y poco razonable.
No obstante, ambas partes expresaron la voluntad política de resolver las diferencias a través de negociaciones y comenzaron diálogos sobre compromisos de precios para evitar una escalada en las tensiones.
En medio de la guerra arancelaria de Estados Unidos contra el mundo, Beijing instó a cerrar filas con Europa en general, aprovechar el aniversario 50 de las relaciones diplomáticas entre China y la UE en este 2025 y profundizar los nexos en diferentes sectores «para dar mayor certidumbre a la comunidad internacional».
La semana pasada fue noticia la segunda consulta estratégica a nivel de ministros de Relaciones Exteriores, encabezada aquí por los respectivos titulares de ambas carteras, Wang Yi y Paulo Rangel.
Durante el encuentro la parte asiática destacó el desarrollo estable de la relación bilateral gracias a una tradición de respeto mutuo y apoyo recíproco.
Wang Yi expresó el deseo de fortalecer aún más los lazos y promover una asociación estratégica de confianza mutua entre China y Europa en general.
Similar propuesta hizo ante el ministro francés para Europa y Asuntos Exteriores, Jean-Noël Barrot, durante su reunión bilateral en Beijing.
Ambos abogaron por diversificar la cooperación bilateral y adoptaron una serie de acuerdos encaminados a este objetivo.
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