Un estudio publicado en el sitio digital de la publicación especializada Motorlabs destaca que, mientras en otras de las principales economías europeas se registran aumentos modestos, o una estabilidad sustancial, la tasa italiana muestra un crecimiento anual promedio constante, desde 2018, equivalente al 1,3 por ciento.
El predominio del automóvil en Italia refuerza una cultura de la movilidad centrada en el individuo, lo que dificulta el desarrollo y la aceptación de alternativas colectivas y sostenibles, apunta esta investigación que cita entre sus fuentes al último reporte sobre este tema divulgado por el Instituto Nacional de Estadísticas, (Istat).
Entre las causas de este problema se cita el hecho de que en esta nación europea la tenencia de un automóvil aún se considera un símbolo de estatus, independencia y bienestar económico, un legado cultural difícil de socavar, a lo que se suma la necesidad de su empleo, por las debilidades estructurales del transporte público en muchas zonas.
Un modelo de asentamiento con largas distancias entre las residencias, los lugares de trabajo y los servicios esenciales, combinado con una alta tasa de desplazamientos, a menudo en distancias medias y largas, hace que el transporte privado sea casi indispensable en la vida cotidiana de muchos italianos, añade el documento.
En grandes ciudades como Roma, Milán, Nápoles y Turín se aprecian las tasas vehiculares más altas, y la densidad de los medios de transporte privados es extremadamente alta, con picos impresionantes de hasta siete mil 500 por kilómetro cuadrado de superficie urbanizada, de acuerdo con el informe del Istat, que evalúa datos computados en 2023.
Esto se traduce inevitablemente en problemas crónicos de congestión del tráfico, alta contaminación atmosférica y una elevada presión acústica, mientras algunas medidas para enfrentar esta situación, como las Zonas de Tráfico Limitado (ZTL) o las áreas de peaje urbanas, aunque útiles, difícilmente resuelven por completo, apunta la nota.
En el ámbito ambiental, el intenso tráfico vehicular, agravado por el lento ritmo de una renovación con modelos menos contaminantes, representa una de las principales fuentes de polución del aire, lo que causa enfermedades respiratorias, cardiovasculares, y un empeoramiento en general de la calidad de vida.
Los expertos señalan que, para revertir la tendencia de creciente dependencia del automóvil privado, se requiere un cambio de paradigma en Italia y adoptar un enfoque que tenga, como pilar fundamental, el fortalecimiento del transporte público, como alternativa a los vehículos privados por su eficiencia y conveniencia económica.
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