Según la abogada Heather Segal, las inspecciones fronterizas al ingresar a la nación vecina se volvieron más invasivas, con la revisión de redes sociales, historiales de navegación y archivos almacenados, y bajo las actuales ordenanzas los viajeros no pueden negarse a entregar sus contraseñas.
La sugerencia surge en respuesta a la amplia facultad de los agentes fronterizos estadounidenses para revisar, confiscar o copiar datos de dispositivos electrónicos sin necesidad de una orden judicial.
Segal adelantó que la práctica de la custodia fronteriza estadounidense afectará fundamentalmente a viajeros frecuentes, trabajadores transfronterizos, familiares que visitan Estados Unidos por largas estadías y turistas que superen el límite de 30 días.
Ante esa circunstancia, las autoridades canadienses actualizaron sus alertas de viaje e instaron a los ciudadanos a limitar la información sensible en dispositivos electrónicos al cruzar la frontera y considerar alternativas temporales como teléfonos básicos, para evitar riesgos de vigilancia.
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