La avenida Amazonas de Quito, que cada domingo se cierra al tránsito vehicular, se convirtió en una galería de arte y cientos de personas vieron el despliegue en plena calle del dibujo resultante de más de 700 horas de trabajo del autor, que llevó al papel su historia y la de Ecuador.
Fue una obra para recorrer, imposible apreciarla de una mirada o en pocos minutos, y aunque la lluvia amenazó, dio tregua para que ecuatorianos y visitantes detallaran los trazos.
El kilométrico dibujo, desplegado por la avenida quiteña con una bobina gigante, muestra desde templos coloniales, paisajes con montañas y mar, hasta personajes conocidos de la música, el deporte o la política, como el presidente Daniel Noboa.
En total son tres mil tres metros y la forma lineal en que está estructurada la pieza es un homenaje a la línea equinoccial que da nombre a esta nación sudamericana, contó del Castillo a la prensa. Además, explicó que es un proyecto artístico diseñado para soportar lluvia y otras condiciones extremas, pero por sus dimensiones será fragmentado en distintos tamaños para ser exhibido luego en galerías de varias partes del mundo.
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