El mandatario consideró asimismo que la política de máxima presión implementada por el gobierno de Estados Unidos hacia la isla procura la caída de la Revolución a través de la asfixia económica, descrita en el memorando de Lester Mallory en 1960.
En tal sentido, el jefe de Estado explicó a los periodistas de España José Manzaneda, Pascual Serrano, Carlos González y Javier Couso, que Cuba siempre calificó de mercenarios a los denominados periodistas independientes, financiados con fondos públicos y no públicos de agencias del gobierno estadounidense.
Tras las revelaciones de la actual administración del país norteño sobre actividades injerencistas de la Usaid (Agencia Internacional para el Desarrollo de Estados Unidos), “ellos mismos se han descubierto… y andan desesperados, realizando despidos masivos en TV y Radio Martí”.
Destacó también la inteligencia y la creatividad de la isla para impedir que esas transmisiones se difundan en el espacio radioelectrónico cubano, las que durante muchos años mantuvieron “por capricho, y como modo de vida, una importante parte de la contrarrevolución a costa de los contribuyentes norteamericanos”.
Díaz-Canel vaticinó, sin embargo, que aparecerán nuevas formas de financiación a esos medios para la guerra contra Cuba, basada en la mentira, la calumnia, el asesinato de la reputación, el odio y la manipulación.
En todo caso, valoró el mandatario, “lo que está ocurriendo hoy demuestra que nosotros siempre tuvimos la razón: no eran medios independientes”, sino mercenarios al servicio de un gobierno que agrede a la isla antillana.
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