El gobierno del presidente norteamericano, Donald Trump, decidió imponer elevadas tarifas arancelarias sobre las importaciones de unos 60 países y territorios, y en el caso particular de Japón el arancel es del 24 por ciento.
La situación mundial desatada plantea un alto de nivel de incertidumbre económica, según reconoció el gobernador del BoJ, Kazuo Ueda, por lo cual fundamentó la necesidad de analizar con mucha cautela los efectos sobre el mercado, las industrias, los precios y el consumo.
De mutuo acuerdo con el gobierno nipón, en los próximos días, la institución deberá determinar posibles acciones como la subida de los tipos de interés de referencia para contener la inflación, de ser necesario.
En enero, el BoJ incrementó los tipos de interés de referencia a corto plazo hasta el 0,5 por ciento, el nivel más alto en 17 años.
A lo largo de 2024, en un intento de normalizar la economía nacional, la entidad financiera dio pasos hacia la retirada gradual de una década de estímulos masivos, pues Japón mantuvo tipos de interés demasiado bajos durante unos 30 años, en medio de una deflación persistente.
De manera adicional, la administración norteamericana aplicará un arancel del 25 por ciento a todas las importaciones de acero y aluminio de Japón, así como de esa misma cantidad a las importaciones de sus automóviles, un sector económico clave, que representa cerca del 30 por ciento de las exportaciones niponas a Estados Unidos.
Hace unas semanas, Trump impuso un nuevo impuesto del 25 por ciento a los automóviles fabricados fuera de los Estados Unidos, por lo que la nueva tasa para los vehículos importados de Japón se suma a los gravámenes ya vigentes.
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