El movimiento Acción Democrática Nacional (ADN), del presidente y aspirante a la reelección, Daniel Noboa, inscribió a 45 mil representantes, mientras que la Revolución Ciudadana (RC), de la candidata Luisa González, tendrá 47 mil personas para denunciar irregularidades y evitar un fraude.

Ellos estarán pendientes de que las actas de escrutinio sean llenadas fielmente de acuerdo a los resultados de las urnas.

Asimismo, las dos organizaciones tienen listos delegados en las juntas provinciales para atender eventuales recuentos de votos y objeciones a los resultados, algo que transcurre incluso días después de los sufragios.

En reiteradas ocasiones la RC ha denunciado la existencia de una “cancha inclinada” y ha criticado al Consejo Nacional Electoral (CNE) por considerar que no es un árbitro imparcial.

La campaña estuvo marcada por la decisión de Noboa de no solicitar la licencia correspondiente a la Asamblea Nacional, así como acusaciones de uso de fondos públicos para la promoción del mandatario, sin que las autoridades hicieran nada al respecto.

Además, el CNE prohibió tomar fotografías a las papeletas en el momento del sufragio, así como el uso del celular durante el escrutinio por los miembros de las juntas receptoras del voto, lo cual muchos consideraron un obstáculo para la transparencia del proceso.

En medio de esas y otras alertas de irregularidades, el domingo 13 de abril más de 13,4 millones de ecuatorianos están convocados a las urnas y votarán agobiados por la inseguridad y la falta de empleo adecuado.

Deberán elegir entre González y Noboa, que presentan dos propuestas de gobierno antagónicas.

Encuestas y analistas vislumbran un balotaje muy reñido, que se definirá voto a voto, y por eso cada organización estará pendiente de que las actas reflejen el deseo popular.

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