Por Fausto Triana
Hoy los madridistas no quieren escuchar el apellido Rice (arroz en inglés) por la indigestión futbolera que provocó, ni mucho menos del lapidario 3-0 del español Mikel Merino. Desastre total en Londres y el campeón defensor a punto de tomar la puerta de salida en cuartos de final.
Además de literalmente no jugar a nada, la “casa blanca” resistió los embates del Arsenal de Mikel Arteta gracias en gran medida al trabajo del guardameta Thibaut Courtois, pero también con un poco de suerte.
Sin dar con la tecla de una plantilla llena de estrellas desde el mismo inicio de la temporada, el entrenador Carlo Ancelotti siguió aferrado a sus fórmulas del pasado y apostó por David Alaba de lateral izquierdo.
Alaba jamás pudo contener al virtuoso atacante inglés Bukayo Saka y precisamente una falta del austriaco motivó el primer cobro desde fuera del área de Rice. Un disparo con comba, por fuera de la barrera sobre el que nada pudo hacer Courtois a los 58 minutos.
Con un Ancelotti incapaz de hacer cambios tácticos y una de las noches más aciagas del brasileño Vinicius Junior, otra falta fuera del área permitió otro cobro. Y, ya sin sorpresa, el encargado fue Rice, con un lanzamiento al ángulo izquierdo inalcanzable a los 70.
Cinco minutos más tarde, Merino aprovechaba el desconcierto defensivo del Real Madrid para poner el 3-0, casi imposible de remontar en el partido de vuelta en el Santiago Bernabéu la próxima semana.
Si bien los dos goles de Rice fueron de un nivel técnico exquisito, el conjunto merengue se mantuvo pasivo todo el encuentro y en las pocas escapadas de Kylian Mbappé apenas en una tuvo verdadera ocasión de gol.
Rodrygo intrascendente y Jude Bellingham por debajo de su categoría, además de la imposibilidad de Alaba de dar una nota al menos discreta de su rendimiento, pésimo en defensa y desubicado en ataque.
Mientras la temporada se le pone cuesta arriba al Real Madrid, esta noche el Barcelona tiene la oportunidad de dar un golpe en la mesa de favoritismo contra el Borussia Dortmund, un rival difícil que, sin embargo, no pasa por su mejor momento.
Con Lewandowski, Pedri, Yamal y Raphinha, el Barça rescatado del ostracismo de la contienda anterior por el germano Hansi Flick, no sólo puede pensar ya en sacar boletos para semifinales en Champions League, sino que sueña con conquistar la Orejona.
Visto lo visto, y tras la sorprendente caída del Bayern Munich ante el Inter de Milán 1-2, comienzan a perfilarse caminos, con un París Saint Germain que habrá que seguir de cerca, esta noche frente al Aston Villa.
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